Riesgos Financieros
Conocer qué es un riesgo financiero y cómo puede disminuirse, es la base para iniciar el camino en operaciones financieras que pueden generar grandes ganancias. El riesgo siempre implica un costo financiero para el inversionista ya que se basa en un principio de incertidumbre sobre el destino final del capital. Conocer a profundidad la posibilidad de pérdida de una inversión nos ayudará a tomar decisiones concientes al momento de realizar operaciones de mayor incertidumbre. Siempre será aconsejable ser cauto cuando arriesgamos nuestro patrimonio, por está última razón es recomendable consultar a un profesional que pueda orientarnos antes de asumir el riesgo que involucra la inversión.
Los riesgos que cuantificamos son: los de mercado, los de crédito, los de liquidez, los económicos, los de transacción, los de traducción y los legales. El riesgo es la probabilidad de un evento adverso y sus consecuencias. El riesgo financiero se refiere a la probabilidad de ocurrencia de un evento que tenga consecuencias financieras negativas para una organización.. El concepto debe entenderse en sentido amplio, incluyendo la posibilidad de que los resultados financieros sean mayores o menores de los esperados. De hecho, habida la posibilidad de que los inversores realicen apuestas financieras en contra del mercado, movimientos de éstos en una u otra dirección pueden generar tanto ganancias o pérdidas en función de la estrategia de inversión.
Riesgo de Mercado
Se entiende por riesgo de mercado la pérdida que puede presentar un portafolio, un activo o un título en particular, originada por cambios y/o movimientos adversos en los factores de riesgo que afectan su precio o valor final; lo cual puede significar una disminución del patrimonio que puede afectar la viabilidad financiera de la Firma y la percepción que tiene el mercado sobre su estabilidad. La gestión del riesgo de mercado se lleva a cabo mediante la implementación de procedimientos, que permiten armar escenarios de comportamiento de los factores que, por mercado, afectan el valor de los portafolios de la compañía. La gestión del riesgo de mercado se desarrolla de forma secuencial iniciando por la identificación de los factores de riesgo, es decir, determinando cuales agentes dependientes del mercado pueden tener impactos adversos en los portafolios debido a un desempeño inesperado de dichos factores o agentes.
Una vez realizada esta identificación preliminar se pasa a desarrollar todo el proceso de aplicación metodológica para establecer la cuantificación del riesgo, este proceso involucra la valoración de las inversiones a precios de mercado y la recolección de la información histórica de los factores de riesgo identificados. Paso seguido se realizan análisis de sensibilidad basados en las medidas de duración y convexidad las cuales permiten conocer la variación de los precios de los activos ante cambios en las tasas de mercado. Estos conceptos difieren en la precisión del resultado en la medida en que la duración es la primera derivada de la función del precio y la convexidad es la segunda derivada de la misma función, dando un resultado más preciso de la variación de los precios. Posteriormente se da paso a la cuantificación del riesgo como tal, la herramienta utilizada para esta cuantificación es la metodología denominada Valor en Riesgo (VaR) por medio de la cual se resume la pérdida máxima esperada (o peor pérdida) a lo largo de un horizonte de tiempo.
Riesgo de Crédito
El riesgo de crédito, también llamado de insolvencia o de default, es el riesgo de una pérdida económica como consecuencia de que una de las partes contratantes deje de cumplir con sus obligaciones financieras, acordadas por contrato, a su debido tiempo, forma o cuantía. y produzca, en la otra parte, una pérdida financiera. Sin embargo, en términos generales, también se puede definir como riesgo de crédito la disminución del valor de los activos debido al deterioro de la calidad crediticia de la contrapartida, incluso en el caso en que la contrapartida cumpla totalmente con lo acordado. Por lo tanto, la calidad del riesgo puede estar determinada tanto por la probabilidad de que se produzca el incumplimiento del contrato, como por la reducción de las garantías.
A su vez, el riesgo de crédito viene determinado por tres principios:
– La pérdida esperada: media anticipada de las pérdidas de la cartera.
– La pérdida no esperada: volatilidad de las pérdidas respecto a la media.
– Capital regulatorio y económico: capital necesario para proteger a la entidad de pérdidas elevadas, superiores a la pérdida esperada.
Una vez que hemos medido y cuantificado el riesgo de crédito, determinamos la reserva que ha de asignarse, cuando se maneja un considerable porcentaje de ventas a través del crédito. Medimos y cuantíficamos sobre estas mismas bases técnicas el riesgo de liquidez de la empresa.